Un médico internista en el Centro Clínico Synergia se dedica a la prevención, diagnóstico y tratamiento no quirúrgico de enfermedades que afectan a pacientes adultos a partir de los 15 años. Pueden ejercer en centros hospitalarios y consultorios médicos.

Diferencia entre medicina interna y general

Los médicos internistas completan tres años adicionales de especialización después de finalizar la carrera de Medicina, que en Chile dura 7 años. Al graduarse, obtienen el título de médicos generales, mientras que los internistas se centran exclusivamente en pacientes adultos.

Cuándo acudir a un médico internista en el Centro Clínico Synergia

Es recomendable consultar a un médico internista en el Centro Clínico Synergia si se tiene una enfermedad crónica que requiere un manejo integral, involucrando múltiples sistemas del cuerpo.

Enfermedades comunes tratadas por un médico internista en el Centro Clínico Synergia:

Hipertensión

La hipertensión es una condición crónica en la que la presión arterial está constantemente elevada. La mayoría de los casos son asintomáticos y se diagnostican mediante chequeos rutinarios. Factores de riesgo incluyen problemas nerviosos, renales o vasculares, obesidad, estrés, diabetes, tabaquismo y antecedentes familiares.

Diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre debido a la insuficiente producción o respuesta a la insulina. Síntomas incluyen pérdida de peso, sed excesiva, fatiga y visión borrosa. Factores de riesgo son el sobrepeso, presión arterial alta, falta de actividad física, antecedentes familiares y edad avanzada.

Hipotiroidismo

El hipotiroidismo se produce cuando la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea, causando síntomas como sensación de frío, fatiga, estreñimiento y aumento de peso. Puede ser causado por tiroiditis, infecciones virales o anomalías congénitas.

Anemia

La anemia es una condición en la que los glóbulos rojos no transportan oxígeno adecuadamente a los tejidos del cuerpo, manifestándose con síntomas como debilidad, piel pálida, fatiga y mareos. Factores de riesgo incluyen trastornos intestinales, deficiencias nutricionales, menstruación abundante, embarazo y antecedentes familiares.